Relato VI

Tomaba su café tranquilamente, jugando con la bolsita de Splenda que no gastó. Siempre ha pensado que el sabor de una bebida tan exquisita como esa solo puede apreciarse al natural... sin esas cantidades horrorosas de azúcar que muchas veces se le hecha, perdiéndose el sabor propio del café.

No lo había visto en días. No lo había llamado aunque no tenía su número, pero para una mujer eso no es obstáculo para conseguir lo que quiere... existen las guías telefónicas, existen las oficinas de abogados, existen los rótulos y bueno, para una mujer no es nada difícil dar con su objetivo... de haber querido... pero quería y ese era un problema. Se había prometido no volver a meterse con personas "ocupadas", no porque sus anteriores experiencias hayan salido mal, no, todo lo contrario... pero esa adrenalina quedó en sus años mozos jajaja, se reía, ni que estuviera vieja pero al menos ella se entendía.

Había acordado tomarse el café con su amiga y nada que llegaba. Seguro de nuevo le cambiaría los planes sin consultarle antes... Humberto, seguro Humberto... no le caía bien, insistía, pero una batalla contra una mujer enamorada no se ganaba fácilmente. Miró el reloj y daban las 5pm, habían acordado a las 4pm...

En eso la puerta se abrió y entró él... si... de nuevo él...

Al verle sonrió y se dirigió apresurado a su mesa:

-¡Hola! ¡Por fin te encuentro!

-¿Me encuentras?-extrañada por la expresión, no sabía que la buscaba.

-Si, he venido unas tres veces con mi mejor amigo con la esperanza de encontrarte y nada... voy a pedirme algo, ¿quieres?

-No, no... bueno, si, ya terminé mi segundo café...

-Ok... ya vengo, un segundo...-se fue a donde el mesero y ordenó. Regresó inmediatamente, se quitó la jacket y la puso en el respaldar de la silla.-Ah, si te buscaba... ¿dejaste de venir?

-Tuve que salir del Centro para terminar unas encuestas, así que andaba unos días en Los Santos, regresé ayer.

-Que bueno... bonita zona esa. Hacen muy buen café por cierto jajajaja... eeeemmm... vieras que tenía hace tiempo algo que decirte...-su voz se volvió nerviosa y sus manos sudorosas. Ella disfrutaba la escena, por respeto no soltó su risa pero ver un hombre así como cuesta...

-Dime...-dijo mientras le servían su tercer café...



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