lunes, 8 de febrero de 2010

El café no está solo


Siempre viene acompañado, pensó mientras no podía esconder su sonrisa coqueta que le provocaba el chico de la mesa del frente.

Con el cabello desordenado, jacket de cuero y la sonrisa de ella, se aventuró en pasarse de mesa con su taza de café.

Las presentaciones, de rigor. La línea del clima, de rigor. Sonrisas nerviosas y el café casi se volvió agua. Él acostumbra a fumar mientras deleita su paladar con esta bebida de dioses pero esta tarde era la excepción... si, ella valía la excepción.

Hubo varios "hasta luego", "hasta mañana" y también con el tiempo llegaron los "buenos días" cuando él la despertaba no solo con besos sino con el exquisito olor a café recién hecho...

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