Recuerdo cuando caminaba de mi casa al Centro de Recreación de la Universidad. Me iba en bicicleta o caminando, la idea siempre era llegar a las clases de natación o al rato ya ni clases habían pero nadar unas piscinas y tirarme como una lagartija a tomar el sol.
Recuerdo tu cuerpo atlético, tu piel retocada por los rayos de sol, esa radiante sonrisa y esos ojos que no querías dejar de mirar. Una sonrisa, dos o no sé cuántas, pero nos conocimos primero al lado de la piscina y luego, te confieso que hacía tiempo para quedarme hablando con él en la casetilla de la entrada... Apuesto que lo sabías...
Es más en mis diarios aparece tu nombre, los encuentros, lo que hablamos, lo que pasaba en nuestra adolescencia... es más recuerdo escuchar música en la grabadora tardeando...
Crecimos.
Nos topamos esporádicamente, compartimos esporádicamente y seguimos cada quien en su ride.
Vi como te ibas detereorando e incluso recuerdo las ganas de salir de ese hueco al que ibas caminando...
Nos seguimos topando, hablando, encontrando y desapareciendo...
Me llamabas cuando estabas en problemas y te ayudaba, aunque recuerdo a mis padres reclamando por más que conocieran a los tuyos, eras mi amigo después de todo.
Era imposible no vernos celebrando con el Equipo de nuestros Amores, en la Casa de Don Eladio o en plena calle... Un saludo, un abrazo, hablamos de Dios y te motivaba a no soltarte...
Quemado por el sol, poros destilando alcohol, esos ojos llenos de desesperación por una dosis... Pidiendo un rojo, hasta recordamos viejos tiempos...
¿Qué te pasó?
Somos responsables de nuestras decisiones y cada una de ellas tiene consecuencias... buenas o malas, nos afectan.
Luego fue en Casa de Don Eladio, donde nos saludamos, unas palabras y listo, hasta el próximo partido.
Espero que los últimos años, y gracias a las Redes Sociales nos mantuvimos al día, hayan sido mejores disfrutando a tus hijos y esposa, sin soltarte de Dios aunque te siguiera jalando lo demás... porque apuesto a que no te querían soltar.
Descansa en paz Cris, que finalmente hayas podido descansar en el regazo de Dios y todas esas tribulaciones hayan quedado atrás.
Te recordaré, si...
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