Siempre viene acompañado, pensó mientras no podía esconder su sonrisa coqueta que le provocaba el chico de la mesa del frente.
Con el cabello desordenado, jacket de cuero y la sonrisa de ella, se aventuró en pasarse de mesa con su taza de café.
Las presentaciones, de rigor. La línea del clima, de rigor. Sonrisas nerviosas y el café casi se volvió agua. Él acostumbra a fumar mientras deleita su paladar con esta bebida de dioses pero esta tarde era la excepción... si, ella valía la excepción.
Hubo varios
"hasta luego",
"hasta mañana" y también con el tiempo llegaron los
"buenos días" cuando él la despertaba no solo con besos sino con el exquisito olor a café recién hecho...
Y todo por un café!
ResponderBorrarLo que nos impide vivir el miedo...
:D me gusta me gusta mucho...
ResponderBorrarNecesito un café! jeje
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