La había visitado una vez más. Su hermoso vestido negro, sus sandalias, sus joyas... todo era atractivo en ella. No hubo palabras. No hubo tiempo. Solo miradas... tiernas... vacías... vidriosas...
La vida pasó como esas películas hollywoodenses en cuestión de segundos... fracción de segundos... hasta que ella puso pausa. No era momento de terminar esa película, ella se lo dijo con la mirada. Acarició su rostro, sus cabellos y se fue. Dejándole tan solo un beso en la mejilla hasta que regresara...
La muerte nos sonríe a todos, devolvámosle la sonrisa.
Al menos es una dulce muerte!...
ResponderBorrarQue te diré? anoche vino la muerte a hablarme de el futuro...
ResponderBorrarSaludos a deshora
De forma tranquila, así debe ser.
ResponderBorrarTodos tenemos la maleta hecha como dicen por ahi...y si la forma de irse de viaje es tan poetica pos mejor. Saludos!
ResponderBorrarInsisto mi problema con la muerte no es con ella, a ella le sonrio, mi problema tampoco es con quien se fue, mi problema es con la ausencia y con todos esos sentimientos que los que continuamos vivos tenemos que seguir cargando.
ResponderBorrarYo con la muerte lo único que tengo pendiente es una larga conversación.
Salud por los ausentes.
al igual que Pri, mi problema son las ausencias
ResponderBorrarNo está tan fea la Calaca...
ResponderBorraryo no sé si la foto la elegiste adrede...
ResponderBorrarpero así como fea SI ESTÁ!! ( o es q no vieron el lacito rojo!!(Terox, más cuidado!!! jajaja))