Mi amiga María Fernanda me mandó este correo que me pareció muy bueno... a veces tenemos simplemente que cambiar la estrategia para que algo funcione...
Dicen que había un ciego sentado a la orilla de una Carretera en Paris, con un sombrero sobre sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza, decía:
"Por favor, ayúdeme, soy ciego"
En ese momento un publicista, que pasaba en frente de él, paró y vio unas pocas monedas en el sombrero. Sin pedir permiso agarro el aviso, lo volvió, agarro la tiza y escribió otro anuncio. Volvió a colocar el pedazo de madera a los pies del Ciego y se fue.
Por la tarde el publicista volvió a pasar en frente al ciego que pedía limosna.
Ahora su sombrero estaba lleno de billetes y monedas.
El Ciego reconoció las pisadas y le pregunto si había sido él quien rescribió su anuncio, sobre todo queriendo saber lo que había escrito ahí.
El publicista respondió:
No escribí nada que no esté de acuerdo con su Anuncio, pero use otras palabras. Sonrió y continúo su camino.
El Ciego nunca supo lo del rótulo, más su nuevo rótulo decía:
"Hoy es primavera en París y no puedo verla"
"Por favor, ayúdeme, soy ciego"
En ese momento un publicista, que pasaba en frente de él, paró y vio unas pocas monedas en el sombrero. Sin pedir permiso agarro el aviso, lo volvió, agarro la tiza y escribió otro anuncio. Volvió a colocar el pedazo de madera a los pies del Ciego y se fue.
Por la tarde el publicista volvió a pasar en frente al ciego que pedía limosna.
Ahora su sombrero estaba lleno de billetes y monedas.
El Ciego reconoció las pisadas y le pregunto si había sido él quien rescribió su anuncio, sobre todo queriendo saber lo que había escrito ahí.
El publicista respondió:
No escribí nada que no esté de acuerdo con su Anuncio, pero use otras palabras. Sonrió y continúo su camino.
El Ciego nunca supo lo del rótulo, más su nuevo rótulo decía:
"Hoy es primavera en París y no puedo verla"
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