No sé como llegué ahí, mucho menos a él pero ahí estaba.
No recuerdo mucho del antes, ni siquiera del después pero son lapsos que recuerdo.
Día gris, de esos que en lo personal me encantan.
Su sonrisa cautivadora, sus gestos, sus caricias... todo me hacía sentir extremadamente sexy, sexual...
Eramos tres las que estábamos a sus órdenes, si, yo sabía que era una de esas relaciones donde quien mandaba era él.
Nos encontramos en su apartamento, las conocí. Cómo describirnos? Well... No sé, pero si sabía que yo era la "nueva"... otra era la "primera" y la otra la que "salía". De esta última recuerdo su cara de nerviosismo y timidez. De la segunda recuerdo su orgullo, hasta podía jurar que había amor en sus palabras, en su mirada.
Recuerdo que hubo juegos, sus juegos.
El lo disfrutaba, puedo ver la sonrisa de sus ojos llena de satisfacción y lo atractivo de su saco negro. su cuerpo atlético y su porte demasiado profesional en ese traje y pantalón negro con camisa blanca.
Al principio nadie se quedaba pero conforme pasaba el tiempo fue diferente.
Empezaba a sentir su orgullo y satisfacción.
Yo disfrutaba todo, lo acepto.
Aún puedo sentir la satisfacción de saciar sus caprichos.
Uno de esos días, esta vez íbamos solo dos. No puedo olvidar el rostro de ella al vernos en la oficina donde trabajaba. El estaba en la mesa hablando con el jefe de ella, la otra y yo estábamos en el sofá de la oficina jugando... si, él nos había puesto a jugar... recuerdo las medias de seda negras, las manos entre la ropa... ellos hablando y ella entró con el café. Su rostro se desfiguró y terminó de confirmar sus sospechas: ya no era necesaria.
El apartamento. Las noches. Su traje formal. Su sonrisa.
No sé cuanto más pasó hasta ese día en que a la hora de recoger todo para irnos las dos, él me detuvo y me pidió que me quedara. Al acercarme a la puerta y ver ella que no salía, se sorprendió también...
"Te vas a quedar?" (cara de asombro)
"Si... Me pidió que me quedara..." (cerrando la puerta detrás de ella)
Y en ese instante se vio en los zapatos de la otra, la que ya no fue necesaria, la que ya no estaba.
Yo también sabía que era
"una crónica de una muerte anunciada", hoy me pedía que me quedara pero eventualmente iba a ser la que se iba... pero no lo lamentaba. Quería más, quería satisfacer esa sonrisa. No era amor, lo acepto. Era un capricho, unas ganas, un aprendizaje, un step, una etapa para yo lograr lo mismo que él.
Tengo seca la garganta. Honestamente no sé como escribir todo el sueño. Todo lo rico del sueño. Lo sexy pero sobretodo lo sexual que él me hacía sentir. La necesidad de satisfacerlo. Las medias de seda... sus manos en mi cuerpo... en fin... uuuuuffffff!!!!!