- ¿Y cómo estamos para la noche?
- No...
- ¿No qué?
- Yo no tengo ilusiones... (lágrimas asoman en tus pupilas)
- ... ... ...
2 minutos después
- Yo voy para donde mis suegros y nos venimos a las 12mn, mañana trabajo y me levanto a las 5am.
- ¿Y cómo estamos para la noche?
- No...
- ¿No qué?
- Yo no tengo ilusiones... (lágrimas asoman en tus pupilas)
- ... ... ...
2 minutos después
- Yo voy para donde mis suegros y nos venimos a las 12mn, mañana trabajo y me levanto a las 5am.
¿Seré tan mala persona?
Parece porque ella me hace sentir que soy lo peor. Se queja de que no ve que él me impulse pero ella me hunde.
Ese negro pensamiento... ¿cuándo empezó? De niña... ¿cuándo? Recuerdo la vieja cocina, salir corriendo y jugar con el cuchillo. Más grande en las escaleras, de noche, cuchillo en mano y viendo esa noche estrellada.
¿será mejor sin mi?
No imagino apagarme en un segundo. Sus caritas y su voz llamándome...
¿Qué pensó Pamela al dispararse? ¿Qué sintió? Calor... Frío... Dolor... ¿Paz?
Vienes, dices que me amas... que olvide tus palabras... te haces la víctima y terminas volviendo a dar órdenes.
Me besas, lloras, me dices de nuevo que me amas... un abrazo.
Somos dos buenas personas en planos diferentes.
Llenas de lágrimas, de reclamos, de dolores de cabeza, de ganas de seguir gritando, de volar la cabeza.
De estas noches para las que no nací. De las cosas que no pedí. De las consecuencias que me heredaron dedocráticamente y nunca de forma voluntaria.
Estas náuseas. Esta voz que se alza a ratos. Este abrazo que no se lleva acabo. Esa falta de todo.
Que cansado... es otra de esas noches y tu no estás aquí.
¡Llegaste!