domingo, 30 de julio de 2006
Experiencia repetida
Un hombre inteligente nota que ciertos momentos se repiten. Con frecuencia se encuentra ante los mismos problemas y enfrenta situaciones que ya había enfrentado con anterioridad.
Entonces se siente deprimido. Comienza a creer que es incapaz de progresar en la vida ya que las mismas cosas que vivió en el pasado le están volviendo a acontecer.
“Ya pasé por esto,” le reclama a su corazón.
“Es verdad, ya pasaste,” le responde el corazón. “Pero nunca lo superaste.”
El hombre, entonces, pasa a tener conciencia de que las experiencias repetidas tienen una finalidad: enseñarle lo que todavía no aprendió. Y pasa a buscar una solución diferente para cada lucha que se repite hasta que logra la victoria.
sábado, 29 de julio de 2006
Que valga la pena
El joven contemplaba el mar desde la cubierta de un buque carguero cuando una ola inesperada lo arrojó por la borda. Después de muchos esfuerzos, un marinero consiguió rescatarlo.
—Muchas gracias por salvar mi vida —dijo el muchacho.
—No hay problema —respondió el marinero. —Pero trata de vivirla como si hubiera valido la pena salvarla.
Ahorrar energía
Dos rabinos tratan, en todas las formas posibles, de llevar alivio espiritual a los judíos de la Alemania nazi. Durante dos años, aunque muertos de miedo, engañan a la Gestapo —la temible policía de Adolf Hitler— y llevan a cabo oficios religiosos en distintas comunidades.
Finalmente los descubren y los llevan presos. Uno de los rabinos, aterrado con lo que pudiera sucederles de ahí en adelante, no cesa de rezar.
El otro —al contrario— se pasa el día entero durmiendo.
—¿Por qué estás actuando así? —pregunta el rabino asustado.
—Para ahorrar mis fuerzas. Sé que las voy a necesitar de ahora en adelante.
—¿Pero no tienes miedo? ¿Es que no sabes lo que nos puede pasar?
—Estuve en pánico, hasta el momento en que nos apresaron. Ahora que estoy en esta celda, ¿qué gano con tener miedo de lo que ya ha sucedido? El tiempo del miedo acabó; ahora comienza el tiempo de la esperanza.
jueves, 27 de julio de 2006
Vaso de agua
“No hagas una tempestad en un vaso de agua.”
Generalmente, esta frase está bien aplicada: se exagera un momento de dificultad, cuando la vida es mucho más simple de lo que parece. Sin embargo, nunca podemos juzgar el dolor ajeno.
Un pequeño detalle –que en nada nos afectaría- puede servir de gatillo para una tormenta que se venía preparando en el alma de nuestro prójimo. En estos momentos, es preciso respetar el sufrimiento ajeno, ya que no podemos compararlo con el nuestro.
Okakura Kakuso dice al respecto: “Si consideramos qué mínima es la copa de alegría que tenemos en esta vida y qué pocas las lágrimas que podrían desbordarla y cómo –en nuestra inmensa sed- terminamos por beberla más rápidamente de lo que hubiéramos debido, jamás le echaríamos la culpa a nadie por hacer tempestades en lugares tan pequeños.”
La dulzura de las flores
En su epístola a los Corintios, San Pablo nos dice que la dulzura es una de las principales características del amor. Nunca lo olvidemos: el amor es ternura.
Un alma rígida no permite que la mano de Dios la moldee de acuerdo con Sus deseos.
Yo caminaba por una callecita del norte de España cuando vi a un campesino acostado en un jardín.
—El señor está aplastando las flores —le dije.
— No —respondió él. —Estoy tratando de absorber un poco de su dulzura.
martes, 25 de julio de 2006
Enseñanza
Una madre llevó a su hijo con el Mahatma Gandhi y le imploró:
“Por favor, Mahatma, pídale a mi hijo que no coma azúcar.”
Gandhi, después de una pausa, le dijo:
“Tráeme a tu hijo de aquí a dos semanas.”
Dos semanas después, ella volvió con el hijo. Gandhi miró muy hondo en los ojos del niño y le dijo:
“No comas azúcar.”
Agradecida —aunque perpleja— la mujer le preguntó:
“¿Para qué me pidió dos semanas? ¡Podría haberle dicho lo mismo la primera vez que lo traje!”
Y Gandhi respondió:
“Hace dos semanas, yo estaba comiendo azúcar.”
lunes, 24 de julio de 2006
¿Dónde reside Dios?
El gran rabino Yitzahk Meir, cuando todavía estudiaba las tradiciones de su pueblo, oyó que uno de sus amigos le dijo, en tono de broma:
—Yo le doy una moneda si usted logra decirme dónde vive Dios.--
—Y yo le daré dos monedas, si usted logra decirme dónde no vive Dios —le respondió Meir.
domingo, 23 de julio de 2006
una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad sólo existe
cuando existe amor.
Quien se entrega totalmente,
quien se siente libre, ama al máximo,
quien ama al máximo, se siente libre.
Pero en el amor, cada uno de nosotros es
responsable por lo que siente,
y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la libertad.
Tener lo más importante del mundo sin poseerlo."
sábado, 22 de julio de 2006
Nosotros Servimos... ¿usted?
Aproximadamente 1,35 millón de socios de los Clubes de Leones en 199 países y áreas geográficas satisfacen las necesidades que tienen las comunidades del mundo. Los Leones tratan de resolver problemas de complejos como la ceguera, previenen el consumo de drogas y trabajan para concienciar sobre la diabetes.
Los Leones, hombres y mujeres, brindan ayuda inmediata y continua cuando ocurren catástrofes y ofrecen asistencia a largo plazo a los necesitados. Los Leones reciben y reciclan gafas para distribuirlas en los países en vías de desarrollo y tratan a millones de personas para prevenir la oncocercosis.
Los Leones mejoran la calidad de vida en sus comunidades mediante la construcción de parques, el apoyo a hospitales y el establecimiento de programas de potabilización del agua
Desde hace 85 años, siempre que hay una necesidad en su país o en otras partes del mundo, los Leones están allí para brindar su ayuda: Nosotros servimos.
Creo que nunca me he sentido tan orgullosa de haber pertenecido por varios años a la juventud de esta organización... pero más orgullosa estaré cuando pueda vestirme con ese chaleco y poder seguir sirviendo a los demás en conjunto con mis amigos y hermanos...
Yo nací para servir... ¿usted?
viernes, 21 de julio de 2006
¡¡¡SORPRESA!!!
“Williams intenta describir una situación muy curiosa:
‘Vamos a imaginar que la vida es perfecta. Estás en un mundo perfecto, con personas perfectas, que tienen todo lo que quieren, en el que todo el mundo lo hace todo correctamente, en el momento oportuno. En este mundo tienes todo lo que deseas, sólo lo que deseas, exactamente como lo soñaste. Y puedes vivir cuantos años quieras.’
‘Imagina que, después de cien o de doscientos años, te sientas en un banco inmaculadamente limpio, ante un paisaje magnífico, y piensas: “¡Que aburrido! ¡Falta emoción!”
‘En ese momento, ves un botón rojo delante de ti, que dice: “¡SORPRESA!”
’‘Después de considerar todo lo que esta palabra significa, ¿pulsas del botón? ¡Claro! Entonces entras por un túnel negro, y sales al mundo en el que estás viviendo en este momento”.
jueves, 20 de julio de 2006
Saber levantarse...
“Un hechicero africano conduce a su aprendiz por el bosque.
Aunque más viejo, camina con agilidad, mientras que su aprendiz resbala y cae cada momento.
El aprendiz blasfema, se levante, escupe en el suelo traicionero y sigue acompañando a su maestro. Después de una larga caminata, llegan a un lugar sagrado. Sin parar, el hechicero da media vuelta y comienza el viaje de regreso.
-- No me ha enseñado nada hoy -- dice el aprendiz, cayendo una vez más.
-- Sí que te he enseñado, pero parece que no aprendes –responde el hechicero-. Intento enseñarte cómo lidiar con los errores de la vida.--
--¿Y cómo se lidia con ellos?--
--Como deberías lidiar con tus caídas -–responde el hechicero--. En vez de maldecir el lugar en el que caíste, deberías buscar aquello que te hizo resbalar."